miércoles, 4 de diciembre de 2013

EL SURREALISMO Y EL SUEÑO


“De razones vive el mundo, de sueños sobrevive”
Miguel de Unamuno.

El surrealismo y el sueño es sin duda la exposición estrella de esta rentrée. Desde octubre y hasta el doce de enero de 2014 el Thyssen expone una magnífica selección de obras de los mejores artistas surrealistas. Odilon Redon, Man Ray, Magritte, Klee, Dalí… hacen de esta exposición una cita imprescindible en la agenda de todo amante del arte.

Sugerente y fascinante pero también complejo e inaccesible. El arte surrealista indaga en lo más profundo del hombre para extraer y plasmar sobre el lienzo la realidad más íntima del artista, una realidad más allá de los convencionalismos y más allá de la razón. ¿Y que son los sueños sino una realidad distinta, irracional, ilógica y enigmática? Relacionando de forma impecable el movimiento surrealista y el sueño, el Thyssen da una lección magistral (una vez más) de cómo debe ser una exposición temporal.

Las mejores obras, los mejores artistas y el mejor planteamiento posible. Precisamente el discurso expositivo es una de las claves del éxito de la exposición. En lugar de mostrar las piezas en orden cronológico, las salas se articulan de forma temática. Es decir, cada espacio está dedicado a un aspecto del sueño y el espectador al entrar en la sala se sumerge en un universo onírico único y diferente del anterior. La exposición aborda temas fundamentales de los sueños como la identidad personal, la moralidad o la sexualidad… temas recurrentes, presentes en nuestros sueños cotidianos y que nos acercan más a la obra y al artista.


Realmente “El surrealismo y el sueño” es una exposición especial y diferente, donde no hace falta comprender a la perfección la vida y obra del artista para disfrutar de su arte. Los sueños son íntimos, personales y subjetivos y muchas veces ni siquiera nosotros mismos entendemos qué significan… Pero no por ello dejan de ser bellos y fascinantes. Pues lo mismo ocurre con las obras surrealistas: no hay que buscarles el sentido, ni una explicación teórica. Hay que deleitarse contemplando cada lienzo, interpretando libremente su significado, dejando que la propia obra nos transmita algo, nos deslumbre y nos seduzca… 

En definitiva, ésta no es una exposición para aprender, es una exposición para disfrutar, para sentir… y por supuesto… PARA SOÑAR.




2 comentarios:

  1. Tengo ganas de volver a verla!

    ResponderEliminar
  2. ¡Que sugestiva resulta así retratada! La semana que viene me paso

    ResponderEliminar